31 de marzo de 2011

La mala memoria

A pesar de su poca capacidad de retentiva, a Loto le ha venido a la cabeza la sentencia de Séneca que calificaba la memoria como el “principio de la sabiduría”. Si sabía el sabio lo que decía... estos días, de desmemoria y desmemoriados, son una fuente de conocimiento en torno a la categoría de quienes nos gobiernan… o nos quieren gobernar. De lo grande a lo pequeño:

- Obama autoriza misiones de la CIA en apoyo a los rebeldes libios. ¿No recuerda el norteamericano las consecuencias que tuvo esa misma estrategia en la década de los 80 cuando sus servicios de Inteligencia, con dinero saudí, formaron y armaron a la resistencia afgana contra la Unión Soviética?
- Rajoy dice que las actas de ETA (¡de ETA!) demuestran que “el Gobierno ha engañado a todos los españoles” ¿no recuerda el Popular lo que hizo su partido en el año 99 en Zurich? ¿Ha olvidado la respuesta silenciosa de quienes entonces estaban en la oposición cuando “los malos” (¡los malos!) hicieron públicos los papeles (¡sus papeles!) sobre aquellos encuentros? “Cada vez que los socialistas tienen oportunidad buscan un atajo a la Ley … y si a los terroristas les das oxigeno, aguantan más” – apuntalaba José María en la televisión de Pedro José, despistando sus propios atajos y distrayendo la máxima no escrita de no dar voz a quienes no la deben tener para que no tengan aire que respirar.
- Ramón Luis Valcárcel: “No creo ni quiero el copago”. Lo del murciano... lo del de Murcia debió de ser un tremendo golpe en la cabeza: amnesia radical en 24 horas.

Si sabía el sabio lo que decía y “la memoria es el principio de la sabiduría”, las desmemorias de quienes nos gobiernan -o de quienes nos quieren gobernar- evidencian un presente -o un futuro- de peligrosa y supina ignorancia.

28 de marzo de 2011

Sueño XXXVII: Volver a verla marchar

La noche le trajo el breve pero intenso regalo de volver a verla; un presente de amor y ternura, envenenado con la certeza de que, cuando llegó, ya estaba marchándose otra vez. El despertar le concedió el alivio de saber que sólo había sido un sueño. La vigilia firme le abofeteó el corazón al recordarle que hacía tiempo que se había ido para no volver jamás... pero quedándose para siempre.

24 de marzo de 2011

Sueño XXXVI: Pesadillas antiguas

Otra vez dos iguales. Dos seguidas. Y ya van unas cuantas!
Otra vez los cambios del hogar, aunque no recuerda Loto haber pasado nunca la madrugada en esa misma casa. Dos plantas vetustas, rancias, de sofás de polipiel y alfombras con escenas de caza. ¡Cuánto trabajo por hacer! ¡Cuánto por redecorar!
Y otra vez el boletín sin papeles, pero esta vez en mitad del campo. Todo listo para "las en punto” y, cuando suena el último “pí”, el "pí" largo, los papeles no aparecen por ningún lado ¡Cuánto tartamudeo! ¡Cuánta angustia vieja!
¡Qué cansancio de recurrencias!

21 de marzo de 2011

Todos hipócritas

Mikiki pregunta a Loto:
- “¿estamos en guerra, mamá?”
Loto responde:
-“sí, sin duda”.
Mikiki esboza una sonrisa. Le encanta la guerra. No tiene demasiados años. Se emociona:
-"pues... ¡qué bombardeen la casa de Gadafi!”.
Loto odia la guerra, cualquier guerra. Censura la emoción del niño que le reprocha:
-“pero mamá... ¿no decías que el mundo tenía que hacer algo con el loco ese?”
Loto calla. Se siente tan hipócrita como tantísimos otros hipócritas. No tiene respuesta ¿La tendrán los demás?

17 de marzo de 2011

Entre el Tatemae y la verborrea ibérica

Ni aquello, ni esto.
Ni el Tatemae.... el uso social nipón de "los pensamientos que no deben ofender" en el que está escondiendo sus vergüenzas el gobierno de Naoko Tan.
Ni lo de aquí… las 7 páginas diarias en la prensa, los 15 minutos en el telediario, los 12.000 expertos nucleares que brotan, en las emisoras de radio, como margaritas en primavera…
Imágenes, sonidos, entrevistas, declaraciones, editoriales, artículos de opinión… ¿Podría decir alguien con exactitud cuántos reactores de cuántas centrales nucleares han sufrido daños? ¿Cuál es el peligro real? ¿Cuáles las consecuencias? ¿Qué es más importante… si el núcleo o la vasija?
O, más terrórífico, ¿sabe alguien cuántos son los damnificados de la catástrofe natural? ¿Dónde duermen? ¿Quién los está atendiendo? ¿Cómo están? Ellos ya han sufrido su Chernobil, pero el espectáculo está en Fukushima... así que ¿para qué preocuparnos de lo demás?
En Japón no se informa… y aquí se informa tantísimo que la desinformación es total. Ni el Tatemae… ni la verborrea ibérica del entretenimiento informativo de usar y tirar.

14 de marzo de 2011

Se nos rompió el amor

Todo fue como la seda cuando empezó. Todo era tan nuevo, tan cómodo, tan fácil… que nos volvimos inseparables. Nos acompañábamos desayuno, comida y cena. Pasábamos juntos días laborables y días festivos. Compartíamos trabajo y vacaciones. Sólo desconectábamos el uno del otro para dormir… Y en el cine donde, más por obligación que por gusto, nos quedábamos cada uno a lo nuestro… en silencio.
El enamoramiento arrancó a finales de los 90: práctico, sin complicaciones ni heridas. Tan manejable, que nunca pensé que fuera a cumplirse aquello de “2 años de pasión, 5 de amor y, el resto –si hay resto- sólo cariño".
Nos quedamos en la segunda fase.
Lo nuestro terminó hace unas semanas, cuando desapareció por un pequeño error que quiso convertir en problema irresoluble y que yo me empeñé en solucionar, buscándolo en cualquier esquina, recorriendo incluso toda Latinoamérica. Una desesperada carrera que me llevó hasta Quito donde una joven, aliviando mi mal de amores con una agradable sintonía, iluminó mi corazón al pedirme que esperara para pasarme con él. Pero, cuando la melodía cedió, no fue su voz la que escuché… sino la de un joven de acento porteño e imposible comprensión que volvió a demandarme -cortina musical incluida- paciencia. Y paciente aguanté… hasta que alguien, quizás desde La Paz, quizás desde Caracas, por fin me anunció que él… ese a quien tanto quise, ese con el que tanto disfruté… “ya se pondría en contacto conmigo.”
A día de hoy… sigo esperando.
Y el que espera, desespera... y yo me cansé de esperar.
Hoy, después de tantos años, he tomado una decisión. Difícil, dura, pero firme: ¡esta semana dejo a Movistar y me paso a Orange!

11 de marzo de 2011

El "Game Over" de los simples

Hay simples y hay simples que creen que no lo son.
Los primeros dan lástima… porque no tienen la culpa de serlo.
Los segundos, con su pretendida e insostenible inteligencia y su procurada y rebatible capacidad de hacernos creer lo que no es -ni será- son un problema porque convierten su simpleza en complicación. La transforman en dificultad para el sencillo que los acompaña, incapaz de reconocer sus ficciones… y en problema para ellos mismos… porque pocos simples, de los que son incapaces de reconocerlo, han terminado bien.

Y hay ejemplos a puñados… empezando por el de Pedro, aquél que acabó entre las fauces del lobo de tanto mentarlo sin existir. Como él, hoy justo hace 7 años, un simplón de verbo tartamudo y sonrisa diastémica, trató de hacernos creer lo increíble sobre la dolorosa pérdida de 192 de los nuestros. Quiso el tonto, con su pretendida inteligencia y su mal mentir, mantenerse en el poder. Pero el poder, que no es de los simples, se lo llevó por delante; a él, al lelo mayor y a todos sus sencillos, inhabilitados para entender.

Ligada a su ficción, la de otro bobo de remate incapaz de engullir una galleta sin atragantarse, que atemorizó al planeta con una fábula de armas nucleares y terroríficos seguidores de Allah. El simple -este bien asesorado- consiguió embarcar al mundo en la Novena Cruzada... pero su falsa campaña contra el infiel igualmente fracasó y el fracaso de su mentira también terminó con él.

De la cuerda de los necios, el último ejemplo de simple que cree que no lo es… es, si cabe, mucho más estúpido: un Consejero de Transportes que, con el burdo objetivo de humillar al adversario político, intenta convencer de que ya no existe el billete de 10 que -obviamente- nunca utilizó. De momento ahí sigue... pero su pretendida capacidad de engaño le ha dejado en un ridículo tal que -francamente- difícil es pensar que pueda volver a levantar la barbilla.

Moraleja para los simples del mundo: absteneos de pensar que no lo sois, evitad hacernos creer que podemos ser partícipes de vuestras ficciones, engaños, fábulas y mentiras. Esa es una facultad que no os pertenece y que os llevará, indefectiblemente, al único lugar que os corresponde: el del “Game Over”.

9 de marzo de 2011

Sueño XXXV: Flácido recuerdo de droga dura

Ha sido una noche muy larga.
Se ha dilatado 13 años.
Una noche inacabable... buscándolo, tratando de alcanzarlo.
Y cuando la mañana ha puesto fin a esa noche de 4745 días, cuando ha llegado el momento de tenerlo, de disfrutarlo, de poseerlo otra vez… el momento de volver a amarlo… Loto ha recordado lo que olvidó durante la búsqueda: que a los yonquis... no se les pone dura.

8 de marzo de 2011

Mujeres!

Peleamos, resistimos.
No sabemos dejar de luchar porque el tiempo, las circunstancias, nos han obligado a ser fuertes
… aunque, a veces, también necesitemos dejarnos caer.

El miedo no nos pertenece.
Si tememos es para asumir el miedo que no queremos que sufran los que amamos
… aunque a veces, temer su temor, nos cueste la vida.

Regalamos, toleramos, cedemos, entregamos.
Porque hemos aprendido lo mucho que se gana con un poco, cuando se da.
Y porque, a veces, no tenerlo nos ha enseñado a crearlo, a inventarlo, a hacerlo existir.

Solo amamos.
Si no hay amor, no estamos
…aunque, a veces, nos cueste la soledad
pero porque la soledad, al final, nos hace libres.

Y porque siempre estamos nosotras y nos tenemos...
como somos,
lo que somos...
Mujeres!

7 de marzo de 2011

Jodida cuenta imposible

Antes eran seis.
Solía restar tres y, a veces, incluso podía quitarle cuatro.
Sobraban dos.
Después fueron tres y calculó que, restando dos, le quedaría uno.
No era bastante... pero iba a ser suficiente.
Son tres aún, pero ya es imposible quitarle dos.
Porque dos se han convertido en tres... y porque es probable, si no previsible, que en breve le resten cuatro.
Resultado:
...una jodida cuenta imposible!

5 de marzo de 2011

Sueño XXXIV: Vacía, sin corona

Sucedió después de la indignante elaboración de un informativo para una rubia locutora de musicales y un chabacano presentador incapaz de distinguir la OCDE de la UCD.

Un Rolls Royce negro, brillante, impoluto, espera a Loto en la calle. En el interior: un chofer de uniforme, impoluto también… y, a metro y medio, en el elegante asiento trasero de cuero negro, callada, pegada a la ventanilla izquierda: Sofía, la de Grecia. Luce un exquisito vestido de hombreras y se adorna con unos refinados pendientes de perlas, pero ha cambiado su habitual media melena rubia por un cardado estilo Tita Thyssen
Sin que medie palabra entre ellas y ante la comodidad del trono rodante, Loto opta por relajarse. Se tumba en el Rolls con la cabeza apoyada en el reposabrazos de la ventanilla derecha y los pies sobre las rodillas de Sofía, con quien -"¿por qué no? ¡le ha tocado a ella!"- decide desahogarse:
“Mira chica: estoy irritadísima con este puto trabajo… qué ingrato escribir para que luego una rubia de pelo frito se invente el informativo con otro petardo que hasta ayer solo sabía engolar la voz para pinchar a Lady Gaga... Oye… ¿y tú?… ¿cómo llevas lo de ser reina?.. porque tiene que ser un coñazo, la verdad. ¡Qué complicado es todo! Con lo fácil que sería…"
La de Grecia escucha en silencio y Loto, locuaz, con la adrenalina del cabreo y la indignación laboral, no puede parar...
“Por cierto –le pregunta al percartarse de su ignorante trato con los de sangre azul, convencida, sin embargo, de que todos la tenemos roja – ¿no te molestará que te trate de tu?”
En ese momento Sofía, la de Grecia, hierática, gira la cabeza hacia Loto, esboza una sonrisa y, por primera vez durante el confortable trayecto en Rolls, abre la boca… Amable, a la vez que estricta, contesta: “Si no le importa, preferiría que me llamase Majestad”.

Loto despierta. Siente un profundo hueco en el centro del estómago. Le duele el vacio infinito que se le ha quedado dentro… como si le hubieran robado algo... o como si algo, que nunca fue suyo, no le fuera a pertenecer jamás.
¿Será su corona?

1 de marzo de 2011

Gobiernos de garaje

No es necesario un hemiciclo ni mucho menos un palacio.
Para ocuparse sólo hacen falta ganas de hacerlo. Para encargarse del bienestar de los demás de forma justa, ecuánime y, sobre todo, desde el sentido común… a veces, muchas veces, basta con un garaje.
Loto conoció uno en Beirut; una cochera destartalada en un edificio semiderruido por las bombas de Israel. Allí se ocupaban, con ganas, con justicia y con muchísimo sentido común, sus cinco gobernantes: cinco afables y solícitos vecinos de barba por afeitar, vaquero Levi´s de imitación y camisa raída y a ronchones; cinco tipos orgullosos de su militancia en Hezbollah y de su respetada y respetable cochera forrada con recortes de prensa y banderas palestinas. Era un bajo amueblado con tres sillas de plástico iluminadas por una solitaria bombilla; un cobertizo convertido en sede de la soberanía popular de un barrio de refugiados que, gracias al garaje y a sus 5 ministros, tenía mucho más de lo que la Nationale de Assemblée libanesa con sus 128 parlamentarios podía ofrecerle.
Hoy Loto ha vuelto a ver, y se ha vuelto a emocionar, con un Gobierno de garaje, ganas y sentido común. No está en Beirut sino en una de las ciudades de la nueva Libia sin Gadafi... según El País: "la República Rebelde de Bengasi"