14 de marzo de 2011

Se nos rompió el amor

Todo fue como la seda cuando empezó. Todo era tan nuevo, tan cómodo, tan fácil… que nos volvimos inseparables. Nos acompañábamos desayuno, comida y cena. Pasábamos juntos días laborables y días festivos. Compartíamos trabajo y vacaciones. Sólo desconectábamos el uno del otro para dormir… Y en el cine donde, más por obligación que por gusto, nos quedábamos cada uno a lo nuestro… en silencio.
El enamoramiento arrancó a finales de los 90: práctico, sin complicaciones ni heridas. Tan manejable, que nunca pensé que fuera a cumplirse aquello de “2 años de pasión, 5 de amor y, el resto –si hay resto- sólo cariño".
Nos quedamos en la segunda fase.
Lo nuestro terminó hace unas semanas, cuando desapareció por un pequeño error que quiso convertir en problema irresoluble y que yo me empeñé en solucionar, buscándolo en cualquier esquina, recorriendo incluso toda Latinoamérica. Una desesperada carrera que me llevó hasta Quito donde una joven, aliviando mi mal de amores con una agradable sintonía, iluminó mi corazón al pedirme que esperara para pasarme con él. Pero, cuando la melodía cedió, no fue su voz la que escuché… sino la de un joven de acento porteño e imposible comprensión que volvió a demandarme -cortina musical incluida- paciencia. Y paciente aguanté… hasta que alguien, quizás desde La Paz, quizás desde Caracas, por fin me anunció que él… ese a quien tanto quise, ese con el que tanto disfruté… “ya se pondría en contacto conmigo.”
A día de hoy… sigo esperando.
Y el que espera, desespera... y yo me cansé de esperar.
Hoy, después de tantos años, he tomado una decisión. Difícil, dura, pero firme: ¡esta semana dejo a Movistar y me paso a Orange!

2 comentarios:

  1. Qué susto!!
    Fdo: vodafone

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  2. ...lo mismo me voy contigo, querido Vodafone. Cada minuto que pasa... Movistar me pone de peor genio. aarrgg!!!!

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