Ojos verdes tono semáforo, piel aceituna y pelo marrón roble con
las vetas blancas de la madurez que embellece; vaquero azul maltratado,
deportivas y una T-shirt holgada que mostraba un orgulloso brazo
izquierdo arrastrando una maleta de ruedas. Apenas tardó medio segundo en girar la cabeza y hacer la radiografía; las mismas cinco décimas que necesitó para enamorarse mientras contestaba a su pregunta, con el índice
moviéndose a derecha e izquierda: ¡no,
no, no!
¡Idiota. Tenía que haberle engañado! Pero el bote del corazón ralentizó la neurona y el medio segundo no bastó para la sibilina
treta. Así que las puertas comenzaron a cerrarse cuando él, sin dejar de mirarla, se apeaba del autobús. Y, mientras ella -temerosa de que
pudieran hacer daño a su hombre- gritaba arrebatada ¡CUIDADO! al conductor, la goma negra sólo logró rozar la camiseta blanca dejándolo marchar. Los pasajeros voltearon la
cabeza para mirar a la histérica, pero la histérica... ya sólo tenía ojos para él.
Y a través de la ventanilla le señaló, con el dedo que no
debía haber movido antes, dónde estaba la parada de su autobús. Y no dejó de observarle atontada mientras el vehículo se alejaba y él caminaba devolviéndole el sentimiento con los ojos verde semáforo fijos en ella y la boca de acento francés regalándole la sonrisa más limpia, cálida y tierna. Inseparables separados -ella en Madrid; él rumbo a París, tal vez a Lyon o a Tombuctú- después de tres segundos en los que se obsequiaron con todo el deseo, la entrega y todo el amor de
la más larga historia... en la más breve. Mucho más que el tiempo que has empleado
tú en leer el más cursi de los post.
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No es cursi, es linda.
ResponderEliminarUn saludo.
Jajaja....¡muy cursi!
EliminarGracias Xosé!!!
Quien no alimenta algunos de sus días con sutiles y fantasiosas cursilerías color aceituna, no tiene idea de la dulzura que puede resultar conocer la realidad de un sueño descrito por una mujer de ojos inmensos …
ResponderEliminarVaya... ¡y pensaba que yo era cursi!
EliminarBonito comentario!
Gracias
Jajaja, si, bueno, creo que todos tenemos ese puntito cursi, a mí no me importa reconocerlo en algunas ocasiones, y sabes que me gusta lo que escribes. Si te ha gustado, perfecto. Saludos
ResponderEliminarDe cursi nada. Me he enamorado hasta el tuétano de ese hombre con acento francés. Hasta le echo de menos. Ese instante.. Ya es eterno.
ResponderEliminarYo también Iconos... Menos mal que aún nos quedan la Conferencia de los Pájaros e instantes como esos!
EliminarEres más cursi que un lazo rosa!
ResponderEliminarSé que me conoces bien... aunque no sepa quien eres.
ResponderEliminarUn placer...querido anónimo!
Una vez, solo una vez , viví "un instante" que además sentí recíproco. De vez en cuando lo recuerdo, ahora mismo, y siento escalofríos, porque si no hubiera sido "un instante", quizás lo habría dejado todo.
ResponderEliminarSólo desde la reprocidad se entienden esos instantes tan intensos como preciosos. Yo no lo hubiera dejado todo... pero casi ;)
EliminarMuxu Bronte