Eran la pareja perfecta, la única en la que el dicho “estaban hechos el uno para el otro” no era sólo una forma de hablar. Ella sentía al ritmo de sus latidos; él se entusiasmaba cuando ella reía y se entregaba a la paz con su quietud. Ignorantes, era el suyo un entendimiento pleno. Sincronizados, el corazón vivía la intensidad de ella; el alma soñaba enérgica con la vitalidad de él.
2010. “Navegamos en
aguas sin cartografiar”
Un golpe, dos “ay”, una risa, otra, dos golpes más. Entre palos y penas, peleaba el alma con fuerza. Y su lucha... desbocó al corazón. Ella ya sabía. Él todavía no... y erraba agitado, en un cada vez más costoso palpitar, entre sus insomnios y las incomprensibles pesadillas de ella.
Un golpe, dos “ay”, una risa, otra, dos golpes más. Entre palos y penas, peleaba el alma con fuerza. Y su lucha... desbocó al corazón. Ella ya sabía. Él todavía no... y erraba agitado, en un cada vez más costoso palpitar, entre sus insomnios y las incomprensibles pesadillas de ella.
2012. “Son decisiones
difíciles, pero necesarias”
Agravada la disputa desigual, la última derrota del alma fue letal para el corazón. Ni sístole. Ni diástole. Pero ella ¡no podía dejarlo ir! Sabia que no podía ser sin él y, por él, se sacrificó consciente de lo que el sacrificio significaba.
Agravada la disputa desigual, la última derrota del alma fue letal para el corazón. Ni sístole. Ni diástole. Pero ella ¡no podía dejarlo ir! Sabia que no podía ser sin él y, por él, se sacrificó consciente de lo que el sacrificio significaba.
La Química
los volvió a sincronizar.
El corazón
sobrevivió a golpe de pastilla. La misma que robó al alma... la capacidad de soñar.
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No! Sin sueños no es vida!
ResponderEliminar¿Acaso sueñan los tulipanes?
EliminarIconos, llámame Flor!
Te mereces soñar todas las noches de esta vida...y de las próximas, ojos verdes
ResponderEliminarDe momento me conformo con hacerlo despierta... aunque volveré a soñar de noche! Gracias ojos sin nombre.
EliminarVerdes como los tuyos, aunque hace mucho que no los veo. Pero todavía los siento....
ResponderEliminarLa química, caprichosa tiranía siempre, nos salva o nos aparta, … en el recuerdo, la piel, el olor del cabello, y las pastillas … aquellas pastillas blancas q devolvieron cierta lucidez a tu loca y deliciosa cabeza …
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