...los aprieto muy fuerte, concentrada en lo que quiero ¡quiero, quiero, quiero!
Con la mosquitera de lo oscuro envolviendo el cerebro, pinto una varita mágica en el lóbulo izquierdo; el derecho insiste tozudo en llevarme a la Zarzuela y taladrarme con las desfachateces de un tal Urdangarín.
Vuelvo a hacer el repaso de la lista dulce de los sueños... mientras, lentamente, se va produciendo la metamorfosis que me convierte en la despota caprichosa que sabe que tendrá la bici y un Playmobil-bombero.
Y a esperar!
A ver si esta vez, cuando despierte, no tengo que repetir lo que descubrí otro 6 de enero: que los Reyes Magos... ¡no son los padres!
Los Reyes Magos no son los padres
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Es bonita esa etapa en la que aún sigues creyendo que los Reyes son los padres. Ojalá sepamos hacer que luego sigan pensando que sus padres son unos reyes.
ResponderEliminarGerard
Certero trabalenguas!
ResponderEliminarPasaran y pasaremos (yo estoy a punto) el bache en el que nos convertirán en plebe... Después... volveremos a reinar para siempre
(o eso espero)
Q alegría volver a leerte!