4 de abril de 2011

Sueño XXXVIII: Todo jodido. Nada preocupante

RELUCIENTE... el coche vuelve a ser de color negro ¡y brilla! Quince días de taller borraron los arañazos, las abolladuras. Ya no cuelga la matrícula delantera y el retrovisor de la derecha vuelve a mostrarle lo que viene por detrás.
SUTIL… aparca con mimo y delicadeza en la planta menos dos del lugar en el que se está cociendo todo, en el momento en el que todo se cuece. Quizás no sea oportuna, pero necesita sus papeles. Tiene que hablar con "el de las cuentas".
NERVIOSA… abre la puerta para salir, cuando un desconocido, alguien a quien nunca vio por allí, se sube alterado al todoterreno aparcado a su lado. Viene de cocerse, cocido. Y arranca brutal, sin miramientos, llevándose por delante el parachoques del recién reestrenado coche… que, todavía negro, ahora sufre una oscura mutilación de pronóstico grave.
ASQUEROSO... el irritado e irritante conductor, un machote de los que piensan que el vehiculo es una prolongación de su pene, baja del toro mutilador para exigirle los papeles del seguro a Loto ¡El muy capullo pretende responsabilizarla del golpe!
DOLIDA… despierta. Y, tras la ingesta de un Lexatín para calmar impotencia y frustración, reflexiona: cuando todo estaba jodido, no había de qué preocuparse. Mejor que todo esté jodido. Así, no importa si se jode un poco más.

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