Algunos lo están empezando a entender ahora; son aquellos que, acostumbrados a ganar siempre, creyeron que su poder también era más fuerte que el del tiempo... y pelearon y se convirtieron en lo que son: ridículas y deformes caricaturas de sí mismos.
Pero no ha sido el tiempo, sino los que nunca tuvieron siquiera la posibilidad ¡ni el atrevimiento! de luchar contra él, quienes les han puesto la realidad frente a la cara -o la máscara; quienes les han desposeído de su estúpida y ridícula conciencia de impune e invulnerable supremacía.
Se acabó la de Ben Alí. Terminó la de Mubarak. Llegó el Día de la Ira para la de Gadafi.
Querido Silvio: ni la Camorra, ni la Cosa Nostra, ni la Ndragheta, ni una UTE de las productoras televisivas de Italia, ni siquiera todo el ácido hialurónico del mundo... pueden salvarte ya. A ti también te va a llegar el amargo momento de saber que tu omnipotencia, como tu cara, tiene fecha de caducidad. Es cuestión de tiempo. A él, y no a ti, pertenece todo el poder.
Tiranias del ácido hialurónico |
De amor sí se muere...
ResponderEliminarSe il nostro amore è un altro fallimento non me la prenderò con te, con lui o con il vento... perché son stato io a sollevarti il mento
ResponderEliminarEl final no lo entiendo...pero suena tan bonito ;)
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