¿Aliento? Todo el que pudiera llegar hasta allí desde la más salvaje exhalación de su boca....
...como toda la fuerza que le han regalado los años y el regalo de la euforia contagiosa de sus muchas ganas (las de ellos).
¿Incertidumbre, miedo? Un tanto por lo que llegará y otro poco por el cómo. También un pedazo de impaciencia por no vislumbrar el cuándo.
Ilusión, inquietud... pero, por encima de todo, “el millón egipcio” provoca esta mañana un sentimiento en Loto: envidia, mucha envidia.
Por las ganas de mover el culo y el movimiento, por la pelea... ¡a egiptearse, aunque sea sólo un trozo de la vida!
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