Daniel Anido (Lugo, 1960) es periodista. “Eso ha dicho la radio hoy” –así me lo contaría mi madre- cuando explicaba las novedades en la dirección de la Cadena SER. Efectivamente, Daniel Anido es periodista, pero no es un periodista cualquiera: es un periodista de los de la “vena gorda”.
Loto la descubrió una noche de 1997, su tercera noche saboreando el privilegio de aportar un poquito y aprender un mucho en el entonces medio de referencia de este país. Transcribía lo que leía el Rebox, las crónicas de los corresponsales para Iñaki G, cuando dos llamadas telefónicas convirtieron en inútil todo el trabajo de aquella madrugada. La primera contaba que “ETA había liberado a Cosme Delclaux”; la segunda, horas después, mucho más impactante, aseguraba que “532 días después de su secuestro, la banda terrorista había dejado a Ortega Lara en libertad”.
Ahí se manifestó; en ese momento tuvo el placer de saber lo que era la “vena gorda”. La vio en el cuello del entonces subdirector de Informativos… una veta azul inflamada en el pescuezo de un periodista de raza que, sólo tres días después de su debut, mostró a Loto lo electrizante, lo apasionante y lo arrebatador de vivir, de sentir y de participar de las noticias… además de contarlas.
A lo largo de los años asomaría muchas otras veces: con un cigarrillo rubio narrando en el estudio el pasear de miles de personas contra la guerra de Irak bajo la terraza de su despacho en Gran Vía 32; dando órdenes –“vete inmediatamente a IFEMA”- en la dolorosa noche de un mes de marzo; recordando con un “me cago en la hostia” a su confidente, a su amigo, Carlos Llamas (otro periodista de los de la vena gorda) el día que se marchó; con una media sonrisa y un sarcástico “te voy a hacer una putada” el día que le encargó a Loto la dirección de un programa… ¡bendita putada, Dani!
Ahora la vena gorda de Daniel Anido se inflamará con otros contenidos… “contenidos hablados”. Loto quiere devolverle las cuatro palabras que escuchó de su boca, tímida, el día más jodido de su vida, cuatro palabras cargadas con toda la fuerza y la pasión que siempre ha corrido por esa vena: "UN BESO, NADA MÁS"
...espectacular!!!...
ResponderEliminar...nada más...
...un beso!!!...
Amén
ResponderEliminar...amén Rubén.
ResponderEliminar...nada más... que la verdad, Charolito... y usted lo sabe bien. De hecho, si Charolito se fiase de alguien más que de su polla (que nunca le dará por culo) ese alguien se llamaría Dani Anido.
Que raro se hace que alguien hable bien de Daniel Anido en un universo de internet plagado de limones jeje
ResponderEliminarEse jeje de mi comentario anterior me ha dejado mosca, huele a limón nada más lejos de la realidad, me alegra que también tengamos la versión del otro lado y que se equilibre un poco la balanza. Solo soy una oyente de la SER que le asusta que haya gente tan fanática que hace juicios tan tajantes sobre cuestiones y gente que no conoce como Daniel Anido porque es muy sencillo dilapidar a personas que ocupan puestos de trabajo que al estar en la sombra pasa más desapercibida su labor para el oyente.
ResponderEliminarNo hay juicios de valor en el post. Anido es un periodista de raza, mejor o peor, pero periodista de raza, de vena gorda!
ResponderEliminarEl acierto y el error están ahí, ser mejor o peor entra ya en el terreno de la subjetividad, pero lo siempre tiene que estar presente en un buen profesional es la entrega
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